jueves, mayo 12, 2005

Instantes





Incluso a través de la redada de encuentros,
en cada mordida temblorosa de piel-cedro,
sostenida de la curva bronce del tiempo,
no urdimos la telaraña del "lo prometo".



Una lánguida canción francesa lloraba en la garganta,
justo cuando los gemidos alcanzaban la oquedad plena,
los poemas volaban estrechando los nacientes poetas.



La ligereza de acertar al parir libertad amando
se arropa de permanencia incluso sin promesas,
en donde el instante se abrasa-devora-alcanza,
despide un aroma fresco y ahí, ahí nace lo cierto.

Zaz