jueves, noviembre 10, 2005

Llamarada

Destella asombrada la faz de París,
se colorea con llamaradas la falda,
y el mundo no se asombra del sonido...

El viento trae la serenata violenta
de esa fiera aullante que muerde
y destapa sus heridas de raza.

Prendieron la famosa ciudad luz,
que hoy se consume inexorablemente,
y si cocino el futuro ¿veré solo cenizas?


Zaz