domingo, agosto 14, 2005

Camino verde




Ando tan cansada que hasta el hueso se flexiona y gime.


Caminé, caminé, caminé y me llené los ojos de verde palmera.

Devoré sonrisas morenas que llevan el sabor del tiempo
fijado entre los ojos profetas y la mano que entrega todo.

¡Huy qué simple es recorrerse las venas por la tierra que amo!
¡Vestirse de sudor y de la fuerza campesina que late como brama!

Que lejana les queda esa voz a los flamantes camisas blancas,
ese canto claro que se percibe en cada paso por mis pueblos.

Ladro el polvo ladrillo de mi dìa cuajado de esperanzas percibidas,
grito con el sonido del que aún no habla y ya nació con futuro cercenado,
desespero con aquellos que colocan la responsabilidad muy, muy arriba,
olvidando que el arriba lo determinamos cada uno de los de abajo...

Ando tan cansada que mi mente divaga sobre la sonrisa y surge una lágrima.

Zaz