Tendían en agua mi noche,
y bajo las sábanas de agua,
me puse a bailar una samba.
Brazos alcanzando la esperanza,
entre tótem y adoradora
sonreía mi piel mojada.
A contraluz una sombra bailaba,
derramando balas de salva ,
sobre la humedad de la selva.
Menguaba como si amainara,
refrescando cada estrella,
con ritmo de balsa que escapa.
Trocando el canto en arrullo de río,
cerramos la lluvia y la tierra duerme.
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