Nuevamente verde
Lleno mi saco de latidos fatigados y escapo.
Bañándome en hojas de silencio,
duermo y sueño.
Sueño con pies livianos
y piel morena que corre
sin detenerse.
Se encarama
en el rumor de verde
que se inclina
domando al viento.
Y gruñe un jaguar
que siempre acecha...
nació en un poema
con sonido de verso
y siempre vive;
late en la oscuridad verde.
El paso se calma
y poco a poco
se va retomando
al silencio.
La tierra
abraza el olfato
con esa agua-lluvia
que me perfuma el alma;
ese sabor de siembra
esculpida a dos manos.
Acomodo mi espalda
para retoñarse
como la gardenia
que busco en las nubes
mientras descanso.
Despierto.
Mi corazon canta.
Zaz